Pensar vs Conocer

Pensar and creer are a little different. For example, “creer” is to believe as in personal opinion, while “pensar” is when you think about something using your brain.

Creo que ese hombre es guapo. I believe (or I think) that guy is handsome.

We think using our minds. Pensamos usando nuestras mentes.

Saber vs Conocer

 

 

Getting to Know Saber and Conocer

In Spanish, there are two verbs that can express the idea of knowing: saber and conocer. It’s important to know the differences between the two because they’re not interchangeable. Let’s learn the meaning of these two very important verbs!

Saber

Saber is used to talk about facts or learned skills. You can use it to talk about information you’ve memorized or to say you know how to swim, draw, speak a language, etc.

Saber Present Indicative Forms

Here are the conjugations of saber in the present indicative.

SUBJECT PRESENT TENSE FORM
yo
 
sabes
 
él, ella, usted
sabe
 
nosotros
sabemos
 
vosotros
sabéis
 
ellos, ellas, ustedes
saben
 

Now that you know how to conjugate saber, check out these examples.

EXAMPLES
 hablar español.
I know how to speak Spanish.
 
Anita no sabe nadar.
Anita doesn’t know how to swim.
 
¿Sabes si Juanita está casada?
Do you know if Juanita is married?
 
¿Sabes dónde hay un buen café?
Do you know where a good cafe is?
 
 

To express the knowledge of how to do something, use saber plus an infinitive. For example, Yo sé cocinar.

 

(I know how to cook.)

Conocer

Conocer is used to express familiarity or acquaintance (or lack thereof) with a person, place, or thing. For example you can know, or be acquainted with, a book, a movie, a country, or a certain person.

Conocer Present Indicative Forms

Here are the conjugations of conocer in the present indicative.

SUBJECT PRESENT TENSE FORM
yo
conozco
 
conoces
 
él, ella, usted
conoce
 
nosotros
conocemos
 
vosotros
conocéis
 
ellos, ellas, ustedes
conocen
 

Now that you know how to conjugate conocer, check out these examples.

EXAMPLES
Conozco un buen sitio para ver la puesta del sol.
I know a good place to watch the sunset.
 
Conoce una película que tal vez te interese.
He knows a movie that may interest you.
 
No conocemos Madrid.
We are not acquainted with Madrid.
 
¿Conoces a mi amiga Melissa?
Do you know my friend Melissa?
 
 

The personal a must be used after conocer when talking about a person.

Fuente, https://www.spanishdict.com/guide/saber-vs-conocer

Moria, campo de concentración de Europa

 

Produce Carne Cruda

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Inauguramos nuestros monográficos de información internacional “Mundo a distancia”. La noche del 8 de septiembre el mayor campo de refugiados de Europa ardió. Miles de mujeres, niños, ancianos, hombres abandonaron sus tiendas y vagaron sin cobijo ni alimentos durante días, cercados por policías y gritos racistas, durmiendo al raso, a veces entre basura. 

 

Viajamos a Moria, el campo de refugiados en la isla de Lesbos, en Grecia, con la prestigiosa Revista 5W y los ojos de sus reporteros y fotoperiodistas Anna Surinyach y Agus Morales. 

Conocemos los últimos movimientos de Trump para controlar el Tribunal Supremo tras la muerte de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg con Carlos Pérez Cruz (puedes escucharla cortada aquí).

Y estrenamos nuestra colaboración con uno de los mejores podcasts sobre las noticias e historias de Latinoamérica: El Hilo, que nos hablará sobre racismo y violencia policial extrema en México y la historia de los 1800 vecinos confinados en una megatorre en Santiago de Chile.

De postre, “Nuevo Mundo” con Anna Pacheco: pantallas, cultura pop, saltos generacionales y nuevos lenguajes con la periodista especializada en clase, género y cultura.

https://www.eldiario.es/carnecruda/programas/moria-mayor-campo-refugiados-europa_132_6238362.html

Cuando lo personal no es político

 

“Estoy al borde del mar y pienso que debería quedarme aquí […] Pero centrarse solo en lo personal y lo íntimo es una forma de rendición”, reflexiona José Ovejero en una nueva #MIrada.

 

Estoy parado al borde del mar. Esto que lees lo escribiré más tarde, ahora solo lo estoy pensando. Si estuvieses a mi lado podrías oír el ruido de las olas y el grito de alguna gaviota. Es hora de almorzar; me he preparado a toda prisa un bocadillo de queso y pera y he salido de casa. No es que no tenga nada mejor que comer. E., que se ha ido hoy a casa de sus padres, me ha dejado dicho lo que hay en el frigorífico y los distintos platos que podría prepararme. Sé lo que acabas de pensar: uno de esos hombres inútiles que necesitan que su mujer les cocine o les deje todo dicho, uno de esos para quienes las faenas caseras son un misterio o un engorro. 

No es así. Podría sobrevivir sin E. –aunque no sé si merecería la pena– y cuidarme sin dificultad. Es solo uno de esos ritos que se instalan en las parejas, difíciles de comprender desde fuera de ellas. En las instrucciones que me da E. cada vez que se marcha, sobre lo que puedo comer y las compras que podría hacer, no importa tanto el contenido como el gesto: no puede evitarlo, es la manera que encuentra de expresar su deseo de que esté bien cuando nos separamos, quizá porque venimos de una relación de larguísimas separaciones; y por eso yo no le respondo que puedo arreglármelas perfectamente sin ella, porque lo que me llega no son tanto sus instrucciones concretas sino su cariño. Y a su cariño no quiero ponerle ninguna traba.

Pero estoy almorzando un vulgar bocadillo de queso y pera. Salí de casa porque tenía que escribir este artículo y era incapaz de hacerlo. No por falta de ideas, por falta de energía. Por ejemplo, había pensado en escribir a partir de unos párrafos escritos por Xandru Fernández en Las horas bajas. Un falso ensayo sobre el fin de los tiempos (Lengua de Trapo). Es uno de esos ensayos que, aparte de lo que te enseñan, te empujan a pensar. Y me llamaron mucho la atención sus reflexiones sobre el uso de los cuerpos y las máquinas en OctubreMetrópolis y Tiempos Modernos.

 

Yo podría haber escrito sobre cómo los cuerpos hoy cada vez están más separados, la épica de las masas revolucionarias imposible en este tiempo de aislamiento, ya anterior a la pandemia, y de conexiones más virtuales que materiales; habría escrito cómo la organización del proletariado resulta casi imposible cuando el proletariado está encerrado en su casa y esta casa además ya no es la del barrio en el que creció, porque la gentrificación combinada con la precariedad lo ha expulsado de allí; de cómo muchos jóvenes, la fuerza revolucionaria por excelencia, han iniciado una diáspora, interior y exterior, y desahogan su rabia en las redes sociales; de cómo el hacker ha sustituido al revolucionario, que ya no prende fuego a la fábrica sino que inocula un virus en un sistema.

Este ensayo también me habría servido de punto de partida para otras consideraciones. Buena parte del libro de Xandru Fernández, por el que desfilan desde David Bowie a Walter Benjamin pasando por los zombis de The Walking Dead,  tiene que ver con la pertenencia del autor a una generación concreta, la que sigue a la de los baby boomers, y con su sensación de haberse quedado en medio de algo, en suspenso entre la revolución contracultural y la revolución neoliberal, y entre la era analógica y la digital –como él dice, no fueron los nativos de ésta sino sus cobayas–; y sobre todo me interesaba su afirmación de haber sido la última generación que aún pudo crecer con las promesas del estado del bienestar.

Y sí, quise escribir un artículo sobre quienes nacieron después, ya sin esas promesas, ya sin esa fe; y enlazarlo con el triste y acertado artículo que publicó Dani Domínguez en esta misma revista: habría hablado, entre otras cosas, no solo de la tragedia humana individual, también de la tragedia social que supone condenar a parte considerable de una generación a no poder realizar su trabajo en condiciones dignas, a aniquilar su energía, su entusiasmo, sus conocimientos. O podría haber escrito sobre la relación de desconfianza que genera hacia el mundo haberse hecho adulto en la era de las noticias falsas, y en adquirir la madurez en un entorno político en el que los partidos reaccionarios, incapaces de ilusionar, pues ya ni siquiera pueden prometer el progreso a los ciudadanos, solo la austeridad y la renuncia, generan rabia y confusión, mienten, no como manifestación de las imperfecciones que puedes encontrar a derecha e izquierda, sino como base fundamental de su actividad política; agitar banderas, provocar enfrentamientos, calumniar, desactivar así a quienes aún podrían sentir ilusión o esperanza.

Pero he sido incapaz de escribir sobre todo eso. Me encuentro de ánimo melancólico después de semanas de rabia. Estoy al borde del mar y pienso que debería quedarme aquí –al menos metafóricamente–, no leer prensa, no oír la radio, no entrar en redes sociales, no escribir sobre política. Retirarme. Descansar de todo. Decir: el mundo me da igual; me dais igual. Yo podría ser feliz así, o, si no feliz, estar tranquilo, absorto en mis lecturas, en mis afectos inmediatos, en mi vida, y escribiría pequeñas estampas íntimas como al inicio de este artículo.

Pero centrarse solo en lo personal y lo íntimo es una forma de rendición. Sería uno más de quienes abandonan cualquier resistencia, al borde del mar, o protegidos por la seguridad de su pequeño domicilio, perdidos quizá en las redes, entregados a series que no se acaban nunca –eso sí que es el tiempo cíclico, que no lleva a ningún sitio–, distraídos, entretenidos.

Pero he regresado a escribir aunque solo sean estos renglones impotentes, deslavazados, para dejar constancia de que en cuanto venza la melancolía volveré a mirar más allá de la esfera privada. Ya sé que estas pocas páginas no sirven ni me sirven de gran cosa. No hay nada heroico ni épico en la escritura, nada ejemplar. Nada de lo que estar orgulloso. Pero seguir pensando, “más allá de mis penas personales” –como escribió Celaya– y comunicando lo que pienso, es una manera de no abandonarme, de no ceder del todo, de mantener una ilusión de esperanzas y deseos compartidos, una ilusión de resistencia. Poca cosa, pero la ilusión es en estos tiempos lo único que nos protege de la derrota definitiva.

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José Ovejero

Escritor. Coordina la sección de Cultura de ‘La Marea’. Algunas de sus obras son ‘La ética de la crueldad’ (Premios Anagrama, Bento Spinoza y Estado Crítico), ‘La invención del amor’ (Premio Alfaguara), ‘La comedia salvaje’ (Premio Gómez de la Serna), ‘La seducción’ y ‘Mundo extraño’. Su última obra publicada es ‘Insurrección’.

José Ovejero
Comentarios

¿Indicativo o Subjuntivo?

Declarar (Indicativo) o no declarar (Subjuntivo)

Usamos un verbo en indicativo cuando queremos declarar el contenido de ese verbo: queremos expresar lo que alguien sabe (una afirmación) o piensa (una suposición) sobre una determinada realidad. 

Podemos declarar informaciones directamente (en una oración independiente) o después de una MATRIZ que anuncia una declaración (en una oración subordinada):

Oración independiente. Declaramos (Indicativo)

¿Qué gato es ese?

Es Julio César 

Oración subordinada. Declaramos (Indicativo)

¿Qué será eso que se mueve ahí?

Me imagino que será Julio César

 

–> Usamos un verbo en subjuntivo (o infinitivo) cuando no queremos declarar el contenido de ese verbo, porque no queremos expresar con él ni una afirmación ni una suposición: es solo una idea virtual 

Un verbo en subjuntivo siempre depende de una MATRIZ con la que expresamos deseos, rechazo, posibilidad o valoraciones: 

**Nunca usamos subjuntivo para expresar una opinión directamente (en una oración independiente)**

Es posible que sea Julio César. 

Yo no creo que sea Julio César. A él no le gusta jugar con la basura. 

Silvia Federici: “Vivimos una nueva caza de brujas”

30 SEP 2017 12:30

Silvia Federici, filósofa e historiadora marxista-feminista del trabajo, es considerada una de las intelectuales contemporáneas vivas más influyentes. Además de sus reflexiones sobre el trabajo doméstico, dos ideas destacan entre sus contribuciones teóricas.

La primera, su negación de que la acumulación originaria sea ―como afirma Marx―, la dovela sobre la que se asienta la primera acumulación de capital, dado que en su opinión, el capitalismo necesita de una inyección constante de capital expropiado.

La segunda, su revolucionaria tesis de que la clave para el surgimiento de la economía capitalista es una división sexual del trabajo en la que el trabajo reproductivo y la reproducción que realizan las mujeres es expropiada y convertida en trabajo no asalariado; ese sería el elemento necesario y diferente ―respecto a la etapa histórica anterior― para que pueda darse el inicio de la acumulación de capital.

Tras su última visita en 2015, volvió a Iruñea y a las cuevas de Sara y Zugarramurdi, las localidades tristemente famosas por la caza de brujas que se produjo a principios del siglo XVII. Más de 700 mujeres se acercaron a escucharla al centro social y librería Katakrak. Varios cientos lo consiguieron pero la mayoría tuvo que conformarse con el archivo de audio. Ella se niega a reconocerlo pero se ha convertido en una figura de cierto carácter mediático.

A finales del siglo XV comienzan el éxodo del campo a la ciudad, el genocidio de las poblaciones originarias americanas, y el comercio de esclavos africanos. Tres procesos interrelacionados y a gran escala que generarán gigantescas reservas de mano de obra asalariada y no asalariada, y a los que tú añades la caza de brujas. Algunos historiadores cuestionan las dimensiones que tú y otras investigadoras manejáis respecto al número de mujeres perseguidas y asesinadas.
Esa es una discusión vieja. En el pasado, el movimiento feminista hablaba de millones de muertas. Las polémicas y el trabajo que hemos desarrollado han ido reduciendo las cantidades. Se han hecho recuentos, donde se ha podido, y ahora se habla de 100.000 casos confirmados. Pero todas las historiadoras que han hecho estudios concluyen que ese número no es el real, que forzosamente deben de ser más, muchas más. Hay distintas razones: la principal es que muchos archivos se han destruido ―fundamentalmente debido a las innumerables guerras que han asolado Europa durante siglos―; otra es que todavía quedan bastantes documentos sin analizar; en ocasiones la persecución no correspondió al Estado sino a la nobleza y entonces, directamente, en la mayoría de los casos ni siquiera quedaba registrada como ocurre, por ejemplo, en Escocia; y, por último, hay también documentos que mencionan ejecuciones y masacres, pero sin detallar las cantidades, por lo que las víctimas son imposibles de cuantificar.

Estimamos que por cada asesinato documentado existiría, como mínimo, otro más; y ese sería un cálculo muy conservador. Por eso hemos puesto en marcha la campaña “Por la memoria de las mujeres asesinadas acusadas de brujería”. Queremos sacar a la luz y promover el reconocimiento de todas las víctimas a escala mundial.

Sostienes que en la actualidad vivimos una nueva caza de brujas, en particular en zonas ―como la frontera entre México y Estados Unidos―, donde la lucha de clases es más encarnizada.
Al principio hubo interpretaciones diversas sobre la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez y otras ciudades de Baja California, Sonora y Chihuahua. El trabajo de las feministas nos ha llevado a la conclusión de que obedece a la expansión del capitalismo y a la “maquilización” del trabajo, que en ese área fronteriza ha creado una tierra de nadie, sin reglas, donde se puede matar a mujeres e imponer formas de trabajo inhumanas. Porque lo verdaderamente importante es comprender cuáles son las formas de trabajo que existen en la maquila. No hay horarios, no hay sanidad laboral, pueden cerrar la puerta y no dejarte salir hasta que no hayas finalizado tu trabajo… Se denigra la condición humana para imponer un régimen de miedo constante, es decir, de terror.

Imponer este tipo de formas de explotación a las mujeres es muy funcional en términos de trabajo. El terror crea una atmósfera que impide una organización eficaz para cambiar la condición laboral. Algo de eso se intentó a primeros de los años ochenta, cuando se implantaron las maquilas en la frontera, pero las mujeres que empezaron a organizarse acabaron siendo asesinadas. El terror aniquiló sus esfuerzos para crear comunidad y para mejorar sus condiciones de trabajo.

¿El terror no mata a los hombres?
La maquila es un trabajo de mujeres. Puedes analizar un fenómeno a través de los efectos que produce. Aquí hemos empleado ese método. Hemos identificado los orígenes de esta matanza reflexionando sobre su consecuencia principal: el socavar las resistencias que las mujeres trataron de poner en pie. Pero, ¿cómo fue posible ese terror? Hay que tener en cuenta que la maquila se constituye como la forma moderna de la plantación de esclavos.

¿En qué sentido?
La alianza de autoridades, fuerzas policiales y maquila conforma un régimen de excepción militarizado. Total y absoluto. Hasta el punto de que es habitual que las madres y padres que inician la búsqueda de sus hijas desaparecidas sean humilladas en dependencias oficiales. Y es corriente que, si insisten para que se investigue su drama, sean amenazadas y obligadas a abandonar el pueblo o la ciudad. Es el terror. Por eso hay ese ensañamiento con los cuerpos de las mujeres que son abandonados en lugares públicos. Cuerpos torturados, mutilados o desmembrados. Como dice la activista argentina Rita Segato, es una pedagogía de la crueldad. No se intenta ocultar, porque hay una voluntad clara de mandar un mensaje a la comunidad, como cuando se quemaban mujeres en público. La comunidad ha de verlo y ha de aprender una lección de terror.

Es conocida la frase de un famoso inquisidor: “mata a alguna para educar a muchas”. En consecuencia, muchas de esas mujeres, que son jóvenes y que carecen de derechos, dedican hoy toda su energía ―la que una vez fue dirigida a la organización y a la resistencia― a proteger su vida y la de su familia.

La prensa occidental habla de brujería relacionada con el asesinato de personas albinas en Tanzania y tú de que en África también se han impuesto las políticas de ajuste estructural…
El caso es muy interesante, típico de los periódicos europeos o norteamericanos. ¿Por qué se matan personas albinas? No soy antropóloga, pero parece que en algunas culturas de países africanos quienes nacen con esta característica son consideradas anormales y portadoras de mala fortuna.

Según los media, los asesinatos en Tanzania habrían desembocado en matanzas de los victimarios de las personas albinas. Pero lo que está ocurriendo es que hay una terrible persecución contra mujeres acusadas de brujería: sólo durante el primer semestre de 2017 fueron asesinadas 479 mujeres  acusadas de brujería en Tanzania.

Y esa violencia sistemática es presentada en los medios de comunicación globales como una respuesta a la violencia contra los albinos, como parte de una violencia conectada a personajes anormales. Es muy importante desenmascarar este enfoque neocolonial que banaliza y reduce esta nueva persecución a una expresión de la irracionalidad africana.

En realidad, vivimos una nueva caza de brujas a nivel mundial. Las últimas estadísticas sobre África hablan de que más de 30.000 mujeres habrían sido mutiladas con machetes, torturadas y asesinadas desde los años setenta. La mayor parte de ellas quemadas vivas. Ha pasado en Sudáfrica, Mozambique Tanzania, Zambia, Nigeria, Zaire, Kenia, Uganda… En Ghana, hay campos de concentración ―yo los llamo así―, para brujas. Allí se refugian las mujeres que han sido expulsadas de su comunidad o que tenían miedo de ser asesinadas. Solteras, muchas de ellas muy viejas, viven en unas condiciones miserables.

¿Es el mundo musulmán una excepción?
Lo era pero también ha empezado a matar mujeres. Ha ocurrido en Arabia Saudí: han decapitado a una mujer acusada de brujería. Es un fenómeno reciente que se está extendiendo a otros países musulmanes, donde son lapidadas hasta la muerte. También se está dando en el subcontinente indio y en Oceanía, donde mujeres campesinas que se oponen a las titulaciones individuales de la tierra están siendo asesinadas.

Afirmas que esta caza de brujas está directamente relacionada con las políticas que el FMI y el Banco Mundial empezaron a imponer en los años 80 y que tiene tres dimensiones: el empobrecimiento generalizado, el desembarco de las sectas evangélicas, y el específico desplazamiento de la gestión pública de la salud a los curanderos…
La teoría es que, una vez más, esta persecución está vinculada a la explosión de las relaciones capitalistas que se produce en esta fase de desarrollo capitalista, la actual globalización, que comienza a desarrollarse tras la crisis de 1973.

En efecto, la caza de brujas empieza en el mismo periodo que los ajustes estructurales, que son un proceso económico de cercamiento de recursos, de titulación individual de la tierra promovida por las instituciones internacionales, de destrucción del régimen comunitario y de empobrecimiento de las masas. En paralelo, se produce la llegada masiva de las sectas fundamentalistas cristianas, con su visión calvinista de la religión. Hablan del diablo, de la conspiración satánica, dicen que en la comunidad hay personas demoníacas.

Y, además, esta persecución también está conectada a la destrucción de los sistemas de salud, causada por las políticas económicas de ajuste, y que genera la reaparición de los cuidadores tradicionales, generalmente hombres, que acuden a la brujería para explicarlo todo: desde enfermedades como el sida hasta la mortalidad infantil. No hablan de malnutrición, de políticas de salud, o de cómo abordar las políticas forestales para que no se extienda la malaria. Todo es brujería.

Pero los vínculos comunitarios también son fuertes…
Sí, pero ahí es donde interviene un cuarto factor muy importante: la fractura de la comunidad derivada del impacto psicológico que provocan el empobrecimiento general y la reducción del acceso a la tierra. El cercamiento de los comunes y el miedo generan profundas brechas sociales que dislocan las familias y las comunidades. Porque antes se vendía algodón, café o chocolate a un precio pero, hoy, la globalización ha creado un mundo donde la gente no comprende las fuerzas que determinan su vida cotidiana. Unos se enriquecen y otros se empobrecen pero las decisiones que se toman en Londres o Nueva York parecen cada vez más misteriosas… y todo eso puede desarticular a la familia o a la comunidad en la medida que rompe la cadena de transmisión de la tierra.

Por un lado, esa disminución de los recursos genera dinámicas de competencia entre las generaciones jóvenes, incluso de la misma familia. Por otro, se favorece la visión de que los mayores son seres inútiles en tanto en cuanto no generan recursos. Más aún en el caso de las mujeres mayores, que tampoco producen sexo ni procrean. Esas mujeres no sólo están en la primera línea de defensa de su comunidades frente a las economías extractivistas y la devastación medioambiental ―como Berta Cáceres― sino que son la última barricada ante el derrumbe de la comunidad.

¿Por qué?
Son millones en todo el planeta. La mujer mayor siempre ha sido un sujeto sospechoso, porque ya conoce las cosas, lo conoce todo sobre la comunidad. Es un personajes incómodo que no se va a someter tan fácilmente. Es la que defiende la concepción del mundo que dice que la vaca no se vende, porque la vaca es la seguridad para el futuro. Y que dice que tampoco se cortan los árboles. Conoce a la vaca y al árbol por su nombre.

El resto, los jóvenes sobre todo, preferirán vender la vaca y cortar el árbol porque ven en la economía monetaria el puente hacia la prosperidad. Ella no. Recientemente encontré una canción africana en la que unas personas mayores cuentan que tienen miedo de que sus hijos los vayan a matar porque no quieren vender las vacas. La vaca: ahí está el choque entre las dos visiones de ver el mundo.

 
DE GEORGE LUKÁCS A OCCUPY WALL STREET
Silvia Federici nace hace 65 años en Parma, la espina dorsal de la Emilia-Romaña roja ―junto con Módena, Bolonia y otras ciudades―, la región de tradición comunista por antonomasia y cuna del movimiento partisano. El único lugar de Italia donde los camisas negras no pudieron desfilar en su marcha golpista sobre Roma de 1922, cuando tres días de barricadas impidieron el acceso a los fascistas.
 
Estudia Filosofía e Historia. En 1967 inicia su doctorado en Buffalo (Estados Unidos), recién estrenado el verano del amor californiano… y la represión de las revueltas de las comunidades negras que provoca más de 80 muertos. Hace la tesis sobre las cuestiones doctrinales del filosofo marxista y crítico literario Georg Lukács, relativas a los aspectos formales de la novela como producto histórico (y critica la tesis de que el artista burgués, como consecuencia de su compromiso para representar la verdad, sería capaz de comprender la realidad y el significado de las fuerzas sociales fundamentales que conforman la verdad; y, en consecuencia, la necesidad de representarla le obligaría a superar su condición de clase).
 
Milita en grupos estudiantiles. Va y viene de Italia; se integra en el marxismo heterodoxo y antiautoritario del movimiento operario. En 1970 se desplaza a Nueva York. Participa en redes de apoyo de mujeres latinas para afrontar las fianzas carcelarias. Traduce a Mario Tronti y a Toni Negri al inglés. Conoce a Mariarosa Dalla Costa, profesora de Teoría Política en Padua y sus tesis de “Mujeres y subversión social” en las que, de manera seminal, se analiza el trabajo doméstico como trabajo productivo. Entre 1972 y 1977 participa en la primera campaña global en defensa de su salarización. Publica textos al respecto en Midnight Notes.
 
De 1984 a 1987 es docente en Nigeria. Allí analiza los cambios que experimenta cualquier proceso de reproducción al incorporarse al capitalismo (la concepción de los niños o de la sexualidad, entre otros), al principio sin ubicarlo en la fase histórica de la acumulación originaria. Más tarde, reformula el final del feudalismo en Caliban y la bruja. Entre 1991 y 2003 se involucra en el Comité por la Libertad Académica en África promovido para luchar contra la privatización de la enseñanza superior en el continente. Colabora en campañas contra la pena de muerte y las políticas de castigos. Se edita Revolución en punto cero, su colección de ensayos sobre trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas.
 
Después de Occupy Wall Street, en el que participa activamente, se incorpora al centro social neoyorquino MayDay, desde donde sigue haciendo política, igual que con sus investigaciones académicas.
fuente, https://www.elsaltodiario.com/feminismos/silvia-federici-entrevista-vivimos-una-nueva-caza-de-brujas
 

La Justicia griega sentencia que el partido neonazi Amanecer Dorado es una organización criminal

 

 

 

EFE

7 de octubre de 2020 11:29h

El Tribunal de Apelaciones de Atenas ha declarado este miércoles a la cúpula de Amanecer Dorado, incluido su líder, Nikolaos Mijaloliakos, culpable de dirigir una organización criminal.

 

Se trata de una decisión que hace historia en Grecia y en el movimiento antifascista, al entender que los crímenes cometidos por los miembros y militantes del partido político neonazi, que llegó a ser tercera fuerza política del país, se realizaron bajo el amparo y órdenes de Amanecer Dorado.

Mijaloliakos y otros seis líderes de Amanecer Dorado han sido declarados culpables de dirección de banda criminal, mientras otras dieciocho personas han sido condenados por pertenencia a dicha organización criminal.

El juicio, que se ha alargado durante más de cuatro años, continuará para el resto de los 43 acusados y confirma el destierro de Amanecer Dorado de la política griega. La organización abandonó las instituciones nacionales en los pasados comicios, cuando no alcanzó un porcentaje de votos significativo para obtener representación en el Parlamento griego. En 2012, durante la crisis financiera del país, la organización de Mijaloliakos obtuvo 18 escaños y se alzó como la tercera fuerza política del país.

Miles de manifestantes antifascistas han exigido justicia frente a los tribunales

Miles de personas se han manifestado esta mañana frente al Tribunal de Apelaciones de Atenas en espera del veredicto. Los manifestantes han acudido a los aledaños del Tribunal desde primera hora de la mañana, donde han colocado varios altavoces para reproducir canciones de Pavlos Fyssas, asesinado en 2013 por un militante de Amanecer Dorado que confesó durante el proceso.

<img class=”lazy” src=”data:;base64,” alt=””>Por la céntrica avenida Alexandras se han acumulado las pancartas con mensajes como “No son inocentes”, “El fascismo no es una opinión, es un crimen”, “¡Paul está vivo! ¡Condenen a los nazis!” o “El miedo no vencerá”.

Todos los grandes partidos políticos se encuentran presentes para condenar el fascismo, incluida una representación del partido en el Gobierno, el conservador Nueva Democracia, y los líderes del principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza.

Una amplia zona del centro de la ciudad ha sido cerrada al tráfico como medida preventiva hasta que se disuelvan las protestas y unos 2.000 agentes de Policía han sido desplegados para evitar choques entre los manifestantes antifascistas y posibles grupos de apoyo a Amanecer Dorado.

Desde Amnistía Internacional han asegurado que sus observadores fueron testigos “del uso indiscriminado de gas lacrimógeno” por parte de los antidisturbios contra los manifestantes.

La organización también ha comunicado que espera que el veredicto sea un “punto de inflexión” y sirva para dejar claro a los partidos políticos de Europa que la “actividad criminal violenta y racista no quedará impune”. “El veredicto de hoy es el primer paso para hacer justicia a las víctimas de los crímenes de odio y los ataques discriminatorios y debe servir como un duro recordatorio de los peligros de demonizar y convertir en chivos expiatorios a poblaciones enteras”, han dicho. 

Fuente, https://www.eldiario.es/internacional/justicia-griega-sentencia-partido-neonazi-amanecer-dorado-organizacion-criminal_1_6274401.html

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