El Verdugo, Luis Garcia Berlanga

El verdugo

'El verdugo': Luis García Berlanga firma una de las películas más importantes de la historia del cine español
LA 2

‘El verdugo’: Luis García Berlanga firma una de las películas más importantes de la historia del cine español

 

Nominada al León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, ‘El Verdugo‘, coproducción hispano-italiana dirigida Luis García Berlanga y escrita por el director junto a Rafael Azcona y Ennio Flaiano, es una divertida, cruda y ácida sátira sobre la hipocresía del sistema que resulta tan hiriente a finales de 2020 como en el mismo día de su estreno. Puedes comprobarlo en la medianoche de La 2.

La gran familia española

 
 

Protagonizada por Pepe Isbert, Nino Manfredi y Emma Penella, la película guarda, además, una constelación de astros de la interpretación nacional que no quisieron perder la oportunidad de aportar su granito de arena en una de nuestras películas más importantes, si no la que más, de nuestro cine.  Del papel secundario al simple cameo, desfilan por ‘El verdugo’ José Luis López Vázquez, María Luisa Ponte, María Isbert, Julia Caba Alba, Guido Alberti, Antonio Ferrandis, Lola Gaos, Alfredo Landa, José Sazatornil, Agustín González, Chus Lampreave, José Luis Coll o Emilio Laguna se dejan ver por aquí.

 

De entre todos, el que menos lo hace posiblemente sea Manuel Alexandre, el rostro de la bondad que destrozaba la moral del protagonista y del espectador actual con su participación, discreta, de fondo, pero de importancia capital en el desarrollo de la película. Si había sido el ciclista muerto de la película de Juan Antonio Bardem, en su quinta colaboración con Berlanga Manuel Alexandre es, sin hablar, media película. La mitad más amarga, de hecho. Porque es innegable que además de ser una muy gráfica representación de una España muy distinta, ‘El verdugo’ es una comedia de altísimo nivel.

Nino Verdugo

Luis García Berlanga podía ser más corrosivo que nadie, pero su habilidad narrativa, apoyada en un guión implacable, hizo que la película se saltase las restricciones censoras del régimen. Y estamos hablando de una denuncia bestial a la pena de muerte y a los valores sociales y culturales de un país dictado con mano de hierro por un personaje que por entonces era conocido fuera de España como “el verdugo”.

El enterrador y sus locuras

El guión de ‘El verdugo’ merece una atención especial. Su inmensidad le permite azotar todo estrato social, colocando la historia en una realidad creíble, cercana. La economía, el empleo, el turismo… hasta llegar a una cuestión moral realmente venenosa. Como en el plano que cierra la película y en la que tres generaciones de empleados mortuorios reniegan del pasado, del presente y del futuro mientras saben que no hay salida para ellos. A pocos metros, un grupo de jóvenes extranjeros simplemente se divierten.

La cámara de Berlanga, siempre a la altura de los ojos de sus personajes salvo en momentos puntuales que tienen todo el sentido y además llegan al cielo, los mira de tú a tú y nunca los juzga por ninguna de sus acciones. Ni cuando es una comedia ni cuando lo es menos. Tampoco los ridiculiza siendo conscientes de la parte más miserable del ser humano. Reconoce a sus semejantes, que no es poco.

Verdugo

Pepe Isbert, que venía de cumplir con unas “obligaciones similares” en ‘El cochecito‘, veía cómo su personaje daba un giro de 180 grados muy particular. Seguía con sus cosas, pero al otro lado de la ley. Aunque el verdadero protagonista de la función es José Luis, inmortalizado por Nino Manfredi. El verdugo se convierte en víctima, sobre todo por cobardía ante un sistema que no se preocupa por la integridad del ciudadano, casi como en las distopías de ciencia ficción tradicionales.

El nuevo verdugo no tiene nada de lo que debería tener el firme opositor al sistema, pero hay que chupar del frasco y tirar de carpe diem, no se vaya a quedar tu mujer en la calle con tu hijo, aunque uno prefiera tontear un rato con las guiris de la costa. Franco murió en 1975, y la abolición definitiva de la pena de muerte en España se votó en 1978. Trece años antes la prensa extranjera preguntó a Berlanga si su película podía contribuir a la abolición de la pena de muerte en su país: “No soy optimista. No creo que el cine pueda arreglar la moral de un pueblo”En 2020 la película sigue escociendo, así que supongo que en parte tenía razón.

Instrucciones para leer a Julio Cortázar: un documental sobre la (inabarcable) biblioteca de uno de los más grandes autores del siglo XX

 

 
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La literatura a Cortázar le debe el juego. Las letras latinoamericanas echan en falta el divertimento de los cuentos y las novelas del astro argentino. Julio Cortázar (Bruselas, 1914 – París, 1984) innovó en la escritura, jugó (en serio) con ella, y, entre otras cosas, potenció el poder de la prosa poética y nos enseñó que es menos convencional ser ‘cronopio’ que ‘fama’.

 

Cortázar, El Cronopio Mayor, retratado mediante su extensa biblioteca: esa es la propuesta audiovisual de Cortázar: Instrucciones de montaje, un documental producido por 93 Metros junto a la Fundación Juan March. El metraje se divide en dos partes de 25 minutos de duración, que ayudan a conocer el universo literario que vertebra la obra del escritor de Rayuela (Pantheon Books, 1963), “contranovela” que le otorgó el prestigio internacional, y que marcó un antes y un después en la narrativa contemporánea y, especialmente, en el llamado boom latinomericano.

 

En 1993, Aurora Bernárdez, escritora y traductora argentina, donó a la Fundación Juan March la biblioteca personal del que fue su marido. Un total de 3786 títulos en 26 lenguas diferentes. De estos libros, 855 están firmados por Cortázar y casi 400 contienen sus anotaciones, 515 están dedicados por sus correspondientes autores y amistades. La herencia en papel de un apasionado de las letras, un autor para el que la escritura era un juego muy serio. “Cuando tienes una gran biblioteca puedes descifrar a esa persona, pero al mismo tiempo la biblioteca es un personaje, los libros cobran vida por sí mismos”, expone Adriano Moreno, codirector del documental.

La biblioteca de un cronopio

El historiador alemán Aby Warburg ideó la “ley de buena vecindad”. Esta se basa en la organización de las bibliotecas no por autores, géneros o títulos de las obras. Warburg defendía que los libros tenían que conectar de algún modo entre sí. Es decir, “encontrar al lado del libro que uno fue a buscar a través del título, al desconocido vecino de la estantería con una información vital”.

La autopsia de la biblioteca cortazariana es el eje principal de Cortázar: Instrucciones de montaje, dirigido por Adriano Morán, Paz Fernández y Guillermo Nagore. Paz Fernández, directora de la Biblioteca/Centro de Apoyo a la Investigación de la Fundación Juan March, parafraseando a Aurora Bernárdez, asegura que es una biblioteca modesta, “no es una biblioteca de primeras ediciones, ni de encuadernaciones en piel. Su valor está en las anotaciones de Julio Cortázar, en las dedicatorias, en los traspapeles que Cortázar iba metiendo: el ticket del metro, la invitación a una exposición, un recorte de prensa y las flores que fue metiendo en Las flores del mal de Baudelaire”. “Los libros son una máquina del tiempo, pero el traspapel te transmite a un instante concreto en el que él estaba leyendo ese libro. Eso te aporta mucho contexto. Puedes asociar lo que un escritor lee con lo que un escritor escribe”, opina Adriano Morán.

En 1933, en Buenos Aires, Cortázar se sentó en una cafetería y se leyó de una sentada Opio. Diario de una desintoxicación, de Jean Cocteau. Ese fue uno de los impulsos que le hicieron cruzar el charco, mudarse “del lado de allá”, en el corazón de París. La biblioteca personal que custodia la Fundación Juan March alberga los ejemplares literarios que leyó en su etapa francesa y los que dejó en la Argentina. Esta se puede visitar físicamente en Madrid; pues la idea del autor y de su expareja fue que su biblioteca estuviese viva y que formase a varias generaciones.

“Me inventé un término, que incluso lo menciono en mis últimos libros, que es el de la ‘bioteca’, la biblioteca como biografía, como parte inseparable de la propia vida. El orden ideal de una biblioteca, pero que también es imposible, es que los libros estuvieran ordenados por el orden en el que se fueron leyendo para ver las conexiones. Cómo un libro te va llevando a otro, cómo un libro de la infancia termina en un libro clave de la madurez, cómo hay elipsis, cómo hay conexiones, relaciones extrañas”, comparte el escritor Rodrigo Fresán en la primera parte de Cortázar: Instrucciones de montaje.

Desdibujar el mandala, pintar la rayuela

Catalogar las rayas y símbolos que Cortázar marcaba en sus libros, esa ha sido una de las labores del artista Juan López. Digitalizar y unir estos signos y anotaciones como si fueran las constelaciones del autor de Banfield, Provincia de Buenos Aires. Con estas, López realizó intervenciones artísticas en la ciudad de Madrid. “Cuando alguien subraya un libro lo que está haciendo es subrayarse a sí mismo”, parafrasea Juan López a Cortázar. El arte del videoensayo lo firma Javi Álvarez, que ilustra textos míticos de Cortázar con mucha delicadeza.

Tanto la biblioteca cortazariana como el documental –que incluye imágenes (casi) inéditas grabadas por Cortázar en Super8–, son fetichismo de culto para personas amantes de este buscador e intelectual. Conocer los intereses narrativos de Julio Cortázar es una manera de que como lectores podamos dialogar con el autor, conocer sus pulsiones literarias, sus fuentes e interés por los libros objeto. En el metraje son varios los literatos que se derriten en halagos hacia el argentino, Mario Vargas Llosa, entre ellos. “Deleite a la hora de escribir”, confiesa Vargas Llosa en la pieza audiovisual. “Nosotros tuvimos discrepancias políticas, pero creo que la amistad nunca estuvo afectada por estas diferencias”, añade.

“Cortázar me enseñó que la poética de un relato es también la voz narrativa, el sedimento de la poética de un cuento de Cortázar es el modo en el que el narrador organiza el lenguaje”, confiesa el dramaturgo José Sanchis Sinisterra ante las cámaras de la productora 93 Metros.

La Pelota Vasca, la piel contra la piedra. Julio Medem

Ver online 

https://www.filmin.es/pelicula/la-pelota-vasca-la-piel-contra-la-piedra

Ficha tecnica

Dirección: Julio Medem
Producción: Julio Medem y Koldo Zuazua
Ayudante de dirección: Montse Sanz
Entrevistas adicionales: Ione Hernández
y Maider Oleaga
Operadores de cámara: Javier Aguirre,
Jon Elicegui y Ricardo de Gracia
Montaje: Julio Medem
Montajes adicionales: Carlos Rodríguez
Música: Mikel Laboa, Pascal Gaigne, Josetxo Silgero e Iker Goenaga
Sonido directo: Pablo Bueno y Álvaro López
Edición de sonido: Sounders Creación
Sonora y Alfredo Díaz
Redacción: Gorka BilbaoDuración: 115 minutos
Fecha de estreno: 3 de octubre de 2003

Sinopsis

El conflicto vasco es analizado y comentado por setenta personas ante la cámara de Medem en típicos espacios de la geografía de Euskadi: frontones, acantilados, playas, montes de caseríos. Desde la diversidad de estas voces Julio Medem compone un complejo tejido de opiniones y momentos históricos concebido desde un doble compromiso ético: la oposición a la violencia y la invitación a un diálogo político.
… tras este filme Julio Medem iba a rodar la “película hermana” de ficción titulada ‘Aitor. La piel contra la piedra’? La agresiva campaña que sufrió tras el estreno del documental hizo que se olvidara por el momento del asunto y prefirió llevar a cabo otro proyecto.
… las canciones que suenan en el documental participaron en él por un “encontronazo”? Un día Medem se cruzó con el veterano cantautor vasco Mikel Laboa en la parte vieja de San Sebastián. Éste le regaló su último disco, ‘Gernika Zuzenean 2’, un trabajo grabado en directo junto al Orfeón Donostiarra y la Orquesta Joven de Euskadi que reunía algunos de sus éxitos. Julio fue escuchando el disco en su coche durante el rodaje de la película y decidió que esa música era la atmósfera que necesitaba para sus imágenes.
… ‘La pelota vasca’ es el documental de producción española más visto en cines? La cifra exacta, según datos del Ministerio de Cultura, es de 377.094 espectadores.

Tijera contra papel

 

GERARD ESCUER

 

ESPAÑA

 

2017

 

(115′)
 

 

 

Tendemos a asociar los términos ‘censura’ o ‘censor’ con períodos pretéritos (37 años de dictadura franquista o el segundo ‘advenimiento’ de la Santa Inquisición, hacia finales del siglo XV). Sin embargo no es cosa del pasado, es una amenaza muy real y muy actual: las denuncias por enaltecimiento del terrorismo se han multiplicado por 20 desde que ETA dejó las armas.

Músicos, twitteros, escritores, actores, periodistas e incluso titiriteros han pasado por el calabozo, algunos han sido multados y otros esperan penas de prisión de hasta 12 años.

Tijera contra papel analiza las causas de esta salvaje ola represiva desde sus mismas raíces, aquellas de las que brotó del sistema que hoy nos gobierna.

Asistimos, y lo más importante, ofrecemos la oportunidad de asistir, a sus actuaciones en directo, de cara a que el espectador pueda acudir a aquellos conciertos, obras de teatro, títeres y demás que les han intentado negar, y así pueda juzgar por sí mismo. Hablamos con todos esos compañeros censurados desde la cercanía.

Este documental quiere ser un homenaje a toda esa gente que dedica su vida a gritar sobre y a las injusticias, a la vez que un altavoz para las voces que quieren silenciar y no tienen cabida en la radio ni en la TV de la cultura dominada por las radiofórmulas y las versiones 17 (dato real) de experimentos sociológicos de dudosa aplicación. Entiéndase también como un grito de despreico y alarma ante estos métodos propios de fascistas, que nunca fueron pero que reviven estos días con fuera.

Muchos no lo saben, pues la represión y la censura han hecho su trabajo desde hace 80 años con eficacia. Pero ahí están. Siempre han estado ahí, en la resistencia. Por eso les temen. Por eso les persiguen. Son las piedras contra sus tijeras.

 

https://www.cinetecamadrid.com/programacion/tijera-contra-papel

https://www.filmin.es/pelicula/tijera-contra-papel

 

Tierra extraña. Icíar Bollaín

 

 

El aclamado documental de Iciar Bolláin en el que refleja la situación de varios españoles que se han visto obligados a buscar trabajo en el extranjero. Gloria es una de los 700.000 españoles que han dejado nuestro país desde el inicio de la crisis. Almeriense de 32 años, maestra sin plaza, y dependienta en una tienda en Edimburgo desde hace dos años, Gloria pone en marcha, junto al colectivo que ella misma ha impulsado, una acción, un evento que, bajo el lema “Ni perdidos ni callados”, exprese su frustración y dé visibilidad y voz a algunos, los que quieran participar, de los más de 20.000 españoles que se encuentran en la capital de Escocia.

También la lluvia. Icíar Bollaín

 

 

Repensando la resistencia popular en la Bolivia contemporánea (También la lluvia, de Icíar Bollaín)

También la Lluvia (2010), de  Icíar Bollaín, empieza con la llegada del joven director Sebastián (Gael García Bernal) a Bolivia para grabar una película sobre el arribo de Colón y los abusos que cometieron los españoles tras él. La película es filmada en Cochabamba en el año 2000 y hace referencia también a la denominada “guerra del agua”, en la que la masa popular boliviana, formada por sindicalistas e indígenas, se opusieron a la privatización del servicio. La película corre el peligro de ser inviable por este mismo contexto social que la rodea.

Desde el inicio, la elección del lugar de filmación despierta la curiosidad de algunos miembros del equipo. En una conversación con Sebastián y el productor de origen español de nombre Costa (Luis Tossar), una asistenta de producción, que es encargada de grabar el backstage de la película, les pregunta porqué han escogido Bolivia y no el Caribe como locación. Ambos aluden a la extinción de los taínos y, de manera más significativa, a que es posible reducir los costos de la producción debido al número de indígenas en Bolivia y a su mano de obra barata. Así, mientras se muestran interesados en contar la historia de la opresión indígena, se declara que el factor económico es el verdaderamente clave.

Por otro lado, tenemos a Daniel (Juan Carlos Aduviri), sindicalista indígena –aunque nunca se define como tal, definitivamente aparece racializado. Éste interpreta el papel de un cabecilla indio taíno que se rebela contra la opresión española en la película sobre Colón, a la vez que encabeza las luchas por las revueltas del agua en Cochabamba. A medida que se agudizan las protestas, la participación de Daniel en ellas genera un problema para los cineastas, quienes buscan garantizar el respaldo económico norteamericano que es necesario para la realización del film. Paradójicamente, el capital responsable de la privatización del agua en la realidad (aunque este aspecto no es tocado por Bollaín)  tiene la misma procedencia. En ese sentido, las preocupaciones económicas que rodean la película pueden leerse desde una perspectiva neo-colonialista. Sumado a lo anterior, la revolución taína que es la escena cumbre de la película sobre la Conquista fracasa. Lo contrario ocurre con la guerra del agua en el contexto presente que plantea También la lluvia, que sí consiguió sus demandas y puso en crisis el segundo gobierno de Hugo Banzer en la realidad. Dicho esto, nos podemos preguntar: ¿qué imagen del “indígena” rebelde diseña la película de Sebastián y cuáles son los condicionamientos de dicha representación? ¿Cómo dialoga la ficción con el contexto que la rodea?

 

La película de Bollaín critica que tanto Sebastián como Costa sean incapaces de ver más allá del discurso colonial que buscan recrear. No consiguen percibir que por el solo hecho de narrar una historia de opresión  no están remeciendo las estructuras de poder que en el presente la hacen posible. Por el contrario, con sus actos las confirman. Prueba de ello, son los crecientes esfuerzos de ambos por mantener a Daniel al margen de las protestas y asegurar su participación en la película. Finalmente, la aguda crisis nacional generada por las manifestaciones ocasiona que el equipo de filmación abandone el país. Los cineastas no consiguen que el actor quedé doblegado como su personaje en la ficción y ello entorpece la realización del proyecto.

Así, la crítica a la narrativa colonial funciona en la película haciendo hincapié en los intereses económicos detrás del proyecto de los cineastas, que los coloca en la posición de los nuevos opresores económicos. Ello no les permite calibrar el poder de los movimientos populares en el entorno social que rodea la filmación. No hacerlo, vuelve complicado construir un retrato histórico sobre el “otro”.  Daniel y los habitantes cochabambinos se resisten a encajar en el rol pasivo que en la ficción y en la realidad han diseñado para ellos. Por otro lado, cabría preguntarse qué es lo que propone También la lluvia como película que crítica un discurso dentro de sí misma. ¿Hasta qué punto Bollaín construye un discurso alternativo para entender la resistencia popular en el contexto de lucha al que alude?

Una vez que el equipo abandona el país y se deja en suspenso la narrativa colonial, Bollaín apuesta por desarrollar la relación entre Costa y Daniel, la cual ha venido sufriendo varios altibajos. En una escena, el productor, angustiado porque su protagonista es apresado y golpeado por su participación en las marchas, busca comprar su lealtad para que abandone el sindicalismo y termine el film. Costa prefiere el personaje –el del indígena rebelde y derrotado- al actor político. La voluntad de Daniel se mantiene firme, pero el personaje de Costa sufre un giro mayor. Decide no irse con el equipo de filmación para buscar a Belén, hija de Daniel, que yace agonizando en alguna parte de la ciudad. Al final, Costa se ve envuelto en una pequeña trama familiar, por el que ocupa el papel de protector que Daniel no puede representar. No solo por estar ausente debido a las manifestaciones, sino porque Costa es capaz de sobornar a la gente que está bloqueando los caminos para llegar a la hija de aquel. Como se dijo a su llegada a Bolivia junto con Sebastián, “el dinero lo es todo”.

Paradójicamente, Bollaín, aunque toma distancia de la narrativa colonial al cuestionar su pertinencia para entender el contexto de lucha en Cochabamba, no puede evitar desarrollarla cuando el desenlace de su propia película depende de la reconciliación entre Daniel y Costa. Sin embargo, esta solo se puede dar a través del plano personal, no en el político, donde la ayuda de Costa no es decisiva. Asimismo, quien verdaderamente provoca la intervención de Costa es la esposa de Daniel, bajo ruegos desesperados que lo convencen que “solo tú puedes hacerlo”, “solo tú puedes llegar a ella [a Belén]”. Si alguien entiende cómo Costa funciona socialmente (personaje también racializado, pues al manejo del dinero se suma el color de su piel) es la esposa de Daniel, quien consigue doblegar la voluntad del productor, caracterizado por anteponer su proyecto a todo.

Las mujeres de Cochabamba en También la lluvia ofrecen una resistencia que no solo une el plano político y el personal de una manera más sentida.  En una escena de la película de Sebastián, un grupo de mujeres se niega a representar el ahogo de sus hijos, que realizarían con el fin de evitar su sufrimiento en manos de españoles. Este acto, aunque de simulación, es impensable para ellas. La ficción y la realidad no guarda diferencia cuando se trata de una representación de sí mismas, la cual deciden controlar. Su reacción demuestra que el pasado colonial y el presente no ofrecen necesariamente un continuum. Lo mismo ocurre con Daniel durante toda la filmación, aunque de manera más protagónica y decisiva, generando un conflicto con Costa que luego Bollaín apostará por resolver.

En suma, Bollaín por un lado nos parece decir que la narrativa colonial en la actualidad no permite que el ex-colonizador pueda manejar una imagen del ex colonizado. Ello debido a que esta narrativa colonial se fundamenta en un “neo-colonialismo”, que en el contexto de la Cochabamba contemporánea encuentra serios reparos. Esto implica que el ex colonizador no haya cambiado del todo y que ahora represente el capital extranjero global –que es Costa y también la multinacional responsable de la privatización del agua en la realidad. El “rebelde” ahora sí puede ganar; esa es la gran diferencia. Bollaín también nos dice que, aunque el colonizador no ha cambiado, no puede perder totalmente en términos simbólicos. Su imagen debe rescatarse de algún modo.

También la lluvia termina dando un retrato favorable de Costa, pese al paternalismo colonial antes criticado, pero del que todavía depende. Tal vez haya pesado más en este punto la misma nacionalidad de la directora, española, así como la producción del film proveniente en parte de ese país (los otros dos países son México y Francia, donde fue estrenada). En última instancia, También la lluvia no deja de ser una imagen construida desde fuera, producto también de un capital multinacional. Siendo así,  ¿para quién se vuelve verdaderamente necesario repensar un discurso sobre la resistencia? ¿Para el que resiste o para el artista, letrado o el académico que busca representarla y que requiere congraciar su posición a través de ella? Bollaín por momentos parece que es consciente de ello, y apuesta al final por reivindicar una imagen que sí está autorizada a manejar. En ese sentido, la película no termina siendo sobre Daniel ni sobre la guerra del agua, sino sobre Costa con un proyecto trunco, la posibilidad de terminarlo y con un regalo dado por Daniel: una pequeña botella de agua, frente a la cual sonríe en un taxi en la última escena camino al aeropuerto. No sabemos si lo que pasó en Cochabamba cambiará su futuro. En ese sentido, es un final abierto.

Author

 

Claudia Arteaga

 

Claudia Arteaga

 

(Lima) es candidata PhD de literatura en el departamemto de español de Rutgers University. Ha trabajado como periodista y ha formado parte del cómite editorial de la revista Casa de citas (Lima, Perú). Su tesis desarrolla una lectura interdisciplinaria de las representaciones letradas y fílmicas sobre la resistencia indígena en la época republicana en Perú y Bolivia. Dirige junto a su colega Monica Ríos el Grupo Interdisciplinario de Estudios Latinoamericananos en Rutgers.

 

 

http://criticalatinoamericana.com/repensando-la-resistencia-popular-en-la-bolivia-contemporanea-resena-de-la-pelicula-tambien-la-lluvia/

 

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